“Fue una llamada entre presidentes, el del Sevilla y el de la Federación. Le pide que me deje venir, incorporarme a la selección española. Así surge y tomamos la decisión”, explica. Después de la llamada de Luis Rubiales a José Castro, se produce un cónclave en el que todo queda zanjado. “Luego el presidente hace una reunión con Joaquín Caparros, que es mi jefe, y toman la decisión de que sí que puedo venir y aquí estamos”, completa Marchena.