Decepción y mucho por mejorar. Por lo visto hoy, en un partido muy malo del Sevilla, demasiado. La lucha, que la hubo, no bastó, y dejó al cuadro de Machín sin los tres puntos ante un Getafe muy bien colocado, pero, sobre todo, con la extraña sensación de que hay conceptos que deben aún asimilarse. Y eso es lo que más inquieta, lo que urge… En la primera parte los azules parecían balas y en la segunda, los blancos, los sevillistas, corredores sin brújula. Ahora llega otro partido en casa. Otra película. Europa. Pero con las mismas necesidades que hoy: sólo vale ganar. Y así, como hoy, va a resultar, sea quien sea el rival, muy difícil…