La imagen del Sevilla, la forma en que embocó el partido, su incapacidad para igualar la intensidad que le puso el Betis a un partido distinto a los demás no gustó a los aficionados. Tampoco a Julen Lopetegui, que ejerció la autocrítica tras el encuentro pese a que muchos de esos aficionados le afearon que dijera que «un punto siempre es positivo». Autocrítica y aprendizaje son los dos conceptos que quedan como lecciones después del empate ante el Betis. Esta lectura es lo que el club hará, en sintonía con esas críticas feroces que muchos sevillistas volcaron sobre la imagen y el desarrollo del partido de su equipo en una cita de tal calado. Lopetegui dejó otra interpretación también a tener en cuenta. Dentro de su visión del fútbol como una actividad que para ser competitiva requiere la adaptación constante a los distintos contextos, la archiconocida resiliencia, habló de que sus jugadores no igualaron la intensidad de los futbolistas verdiblancos.