El portugués cumplirá 31 años el próximo 1 de mayo y está en plena madurez física y técnica. La mejor prueba de ello es que ha cuajado en una portería de gran exigencia como la del Sevilla nada más aterrizar, casi literalmente. Llegó el 30 de enero con el tiempo justo de montarse en el AVE hacia Madrid para defender la portería sevillista nada menos que en la ida de la semifinal de la Copa del Rey, en el Vicente Calderón. Y cumplió con creces. Desde ese mismo día, comenzó a transmitir gran confianza y reforzó con sus actuaciones la gestión del club del traspaso de Diego López, que jamás cuajó en Nervión. El gallego, al contrario que el portugués, se topó de bruces con la realidad de Palop.