Antes de fichar por el Sevilla, cuando Botía pertenecía al Sporting, el Barcelona aún guardaba una opción de repesca por valor de 2,5 millones de euros si la hubiese hecho efectiva antes del pasado 15 de junio y de 5 millones tras esa fecha. El caso es que el club azulgrana no ejecutó ninguna de estas dos opciones, renunciando al jugador dejándolo escapar. El Sporting vendió finalmente sus derechos al grupo inversor Doyen Group, que fue quien llegó a un acuerdo con el Sevilla para su cesión en Nervión.