Mensajes directos a la emotividad, inmiscuición de todo el sevillismo, frases entrecortadas por su entusiasmo en transmitir sensaciones, agradecimiento, positivismo… Todo energía para reanimar a un equipo muerto, un electroshock en toda regla. Joaquín Caparrós en estado puro, como si no hubieran pasado 18 primaveras desde que Roberto Alés le encargara la tarea de devolver al equipo a Primera División, en mitad del año 2000. José Castro, como entonces, habló con su paisano para que le echara un cable y el técnico utrerano sacó todo su equipo de reanimación. «Siempre he hecho público que quería volver al Sevilla y que cuando me necesitaran estaría aquí», dijo en una de sus primeras frases. «Estoy muy contento, muy contento porque el Sevilla se haya acordado de mí. Es una situación difícil, porque quedan pocos partidos», aseguró. «Vamos a ver. Quedan cuatro partidos y vamos a dejarnos toda nuestra sangre. No sólo nosotros, los jugadores. Cuando hay calidad y talento se puede hacer mucho mejor», dijo.