Cuando se aproximan estas fechas y en el Sevilla no se van cumpliendo los objetivos, los nombres de nuevos y viejos entrenadores empiezan a revolotear por Nervión. A Emery no le fijaron uno claro con aquello del proyecto a tres años, pero quien más quien menos daba por hecho que había que pelear sí o sí por una plaza de Europa League y la misma Champions, si se ponía a tiro.