En una situación de marasmo absoluto como la que sufre el mercado futbolístico por la crisis del coronavirus, el Sevilla tiene en Carlos Fernández su mejor valor. El canterano del Sevilla es un as que Monchi guarda con extremo cuidado bajo su manga, en espera de acontecimientos. Al delantero de Castilleja de Guzmán se lo rifa medio mundo, la Real Sociedad, el último en unirse a la puja. Pero la dirección deportiva, sabedora de que ha habido «mucho interés telefónico», según confesó ayer Monchi, no va a precipitarse en la partida de cartas que se le presenta. Entre otras cosas porque si el Sevilla no logra realizar ninguna venta que posibilite el asalto a algún delantero que garantice gol y cumpla con el perfil que encaje en el sistema de Julen Lopetegui, si no hay oferta por algún futbolista que sirva para un cambio de cromos en el ataque sevillista, Carlos Fernández también puede ser un as guardado para la propia plantilla del guipuzcoano, aunque el espigado, fino y talentoso delantero no responda tanto a ese nueve de referencia ideal que quiere para su dibujo de 4-3-3.