Carlos Fernández salió de nuevo a préstamo, en esta ocasión al Granada de la mano de Diego Martínez, uno de los técnico que mejor lo conoce y con el que logró ese ascenso a Segunda división en el Sevilla Atlético. Un lugar idóneo para reivindicarse. Y así lo ha hecho. El delantero propiedad del Sevilla hasta junio de 2022 se ha ganado un hueco en la elite del fútbol español. Las lesiones parecen haberle hecho más fuerte y tanto la aventura en A Coruña como en Granada han terminado por madurarle y hacer que brote ese delantero que prometía años atrás. Ayer, pese a la eliminación del Granada a las puertas de la final de Copa del Rey, Carlos Fernández volvió a demostrar que está para algo más grande, que no le pesa la responsabilidad y que quizá ese equipo pueda ser el Sevilla.