Caparrós era su entrenador en el Sevilla. Ha vuelto, otra vez, para resucitar al equipo y ponerlo en órbita. ¿Cuál es su secreto?
Él es un motivador nato. Caparrós sabe cómo inyectar al vestuario esa dosis de sevillismo que en momentos puntuales necesita el equipo. El año pasado fue un revulsivo. Esta temporada cogió al equipo en un momento muy duro, después de la dolorosa eliminación en la Europa League. Todos sabíamos que iba a conseguir levantar y motivar al grupo. Pero es que, además, él tiene una unión con la grada y con el club muy importante. Aparte de eso, ha conseguido mejorar defensivamente al equipo con los retoques que le ha dado. Cambió el sistema a defensa de cuatro y metió un pivote más defensivo como Gonalons. O también situando a Roque Mesa cerca de Banega para liberarlo. Ésta era una parcela que anteriormente sufría mucho, sobre todo fuera de casa. Con todo eso y con la gran pegada arriba que tiene el Sevilla está ganado los partidos. Lo más importante que ha conseguido Caparrós es la unión. Cuando se une el Sánchez-Pizjuán y su equipo, el Sevilla es un conjunto muy, muy fuerte. Esa unión es un arma fundamental en Nervión para conseguir los grandes objetivos. En este caso, la Champions.