Lo que eran críticas y visiones apocalípticas ahora es ilusión. Lo que era una crisis en toda regla ahora es un ambicioso proyecto de futuro. Con su simple presencia, el mejor gestor deportivo de la historia del Sevilla, ha logrado cambiar las sensaciones del sevillismo de un plumazo. La presencia de Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, el pasado lunes en la sala de prensa del Ramón Sánchez-Pizjuán ha sido el as en la manga del actual consejo de administración para aplacar las feroces críticas que arreciaban por lo que ha sido sin ningún tipo de discusión un fracaso en la planificación morrocotudo. Ahora, con Monchi, se abren otros horizontes, como si el nuevo director general deportivo tuviera la capacidad de convertir el agua en vino o de multiplicar panes y peces. Ciertamente, algo muy parecido a eso demostró esta especie de dios en los 17 años de su anterior etapa en el club al que ahora regresa para, entre otras cosas, aplacar las voces que ya pedían una dimisión de los cargos de responsabilidad en el consejo de administración.