Del Nido Carrasco, que ni corto ni perezoso le planteó ayer martes a Castro la posibilidad de ocupar de nuevo la vicepresidencia. Castro tiene claro que no habrá marcha atrás en este asunto y cree que lo más lógico es cerrar una puerta que abrió y cruzó el propio Del Nido. Evidentemente, como ceda y le ofrezca de nuevo el sillón, las carcajadas del abogado, justo cuando el presidente atraviesa por una debilidad más artificiosa que real, pueden resonar por toda Sevilla. Y con razón. Por ahora, el presidente le ha dado la larga cambiada a su anterior compañero de viaje argumentándole que efectivamente se necesitan informes jurídicos para valorar si procede o no procede dicha vuelta atrás. Castro, con la potestad que le otorga su cargo, lo tiene fácil para cerrar un episodio que seguramente se abrirá por otro lado.
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