La pregunta para un sevillismo que anda a ciegas es qué esconde todo esto. Por lo pronto, lo primero que puede extraerse es que las declaraciones del presidente son un claro mensaje a Monchi para que aclare definitivamente de forma pública (y puede que también privada) cuál es su estrategia y su plan para salir del Sevilla. Con el consejo dividido entre los partidarios de facilitar su marcha y los que exigirían el pago de su cláusula, las incógnitas se amontonan en la bandeja de entrada y el futuro, como los nervios, andan a flor de piel.
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