Las ideas de Míchel siguen escasas de valor cuando las situaciones toman caminos distintos al deseado. Su planteamiento se topó con un gol en contra que cambió las perspectivas y obligó a buscar tácticas creativas que nunca existieron.
Esta vez no bastó tirar de corazón ni aprovechar los resquicios del adversario. El argumento del duelo demandó alternativas y Míchel nunca las encontró.