Hay que quedarse con la imagen de Sergio Rico una vez detenido ese penalti, y formando con sus manos un corazón con dirección a la grada donde se encontraba su novia, Alba, a la que le dedicó el penalti por su apoyo en esa semana y media muy complicada. Gesto del meta que demuestra también su humildad y ser una persona agradecida y que también ha quedado patente una vez desvelada la historia de apoyo que ha llevado a cabo durante los últimos meses con un niño enfermo.