Es bastante recurrente en el mundo del fútbol que, desde fuera, se hable de priorizar unas competiciones por encima de otras. Al final, al máximo nivel, todos los partidos oficiales son una oportunidad para ir con todo y competir, por lo que la situación clasificatoria del Valencia no le decía absolutamente nada a Julen Lopetegui. Ni al entrenador ni a su equipo, que dejó claro que se tomaba los octavos de final con toda la importancia del mundo y así lo reflejó también el marcador del Ramón Sánchez-Pizjuán. Dos goles de De Jong y un auténtico golazo de Rakitic dejaron ya todo listo al descanso ante un Valencia incapaz de hacerle daño a los nervionenses.