Bajo el diluvio en La Coruña, el Sevilla hizo los deberes ante el modesto Bergantiños, de la Tercera división, y se clasificó para la siguiente ronda de la Copa del Rey. Lo hizo con autoridad en cuanto al juego y las ocasiones, pero con el mismo pecado de siempre: un alarmante déficit de pegada. Hoy Lopetegui cambió a los delanteros y ni por esas… Dabbur y Chicharito acabaron desesperados. E incluso frenados por los palos en su ímpetu por marcar. Tampoco ellos lo consiguieron en Riazor. De hecho volvió a ser un defensa, Jules Koundé, el único que fue capaz de marcarle a los gallegos, como el día del Leganés lo hizo su compañero Diego Carlos. Al final hubo hasta ‘fatiguitas’ y algún error grosero de Bono, hoy portero sevillista. Mientras Monchi o quien sea afila la delantera de este Sevilla, el equipo avanza, cumple el trámite y ya mira a Mallorca, donde el sábado retoma la competición liguera.
