No le perdió la cara al partido nunca el Sevilla FC. Pero en la gélida noche del Metropolitano, los de Lopetegui se estamparon contra un muro infranqueable. Casi de principio a fin. A Simeone le salió el plan perfecto. Su equipo, un especialista de estas lides, marcó pronto, se replegó como una roca y le entregó la pelota y toda la desesperación del mundo al Sevilla, incapaz de encontrar vías para una reacción firme. Ni el planteamiento de su entrenador (tampoco los cambios) ni las ganas por sacar algo positivo en el Wanda desembocaron en premio alguno para un conjunto de Nervión que murió atrapado en el laberinto colchonero. Y a una temperatura de entre cinco y siete grados bajo cero. Correa, en la primera parte, y Saúl, en la segunda, congelaron al Sevilla FC en el Metropolitano.