Pudo ser bastante peor durante casi todo el encuentro y mejor en el último momento, pero lo cierto es que el Sevilla se tiene que marchar contento de Anfield. Fue bastante inferior al Liverpool a pesar de ponerse por delante, pero supo aguantar y aprovechar su ocasión en la segunda mitad para poner un 2-2 que parecía oro tras ver lo que había ocurrido con anterioridad. Porque lo cierto es que, a pesar de empezar perdiendo muy pronto, los locales mostraron tener una marcha más en casi todo el encuentro. Eso le sirvió para darle la vuelta al marcador y para, incluso, tener el 3-1 gracias a un penalti, pero Firminó falló. Eso le dio aire a un Sevilla que sí estuvo bastante más serio en la segunda mitad. Aguantó los últimos arreones del Liverpool, paró el encuentro e hizo el 2-2. Incluso tuvo el 2-3 en el último momento, pero Muriel no acertó. Buen resultado teniendo en cuenta el rival y el escenario.
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