Sonrojante derrota del Sevilla en Moscú, donde mostró su peor imagen en ataque y la más vergonzosa en defensa. En el área rival perdonó las mejores ocasiones cuando el partido estaba más abierto que nunca, y en defensa mostró una fragilidad inusitada para un equipo construido para ilusionar a una afición hoy queda dolida ante la imagen de los suyos.