Ya sabían Lopetegui y los suyos lo que supone siempre medirse al pegajoso Getafe, pero posiblemente no podían imaginar un guión como el que se vivió esta noche en el Sánchez-Pizjuán. Aunque el final acabó siendo feliz en cuanto a resultado y puntos, tocó lidiar con la frustración que supuso primero el gol anulado sin mucha explicación a Ocampos en la primera parte y la posterior lesión del argentino, que sufrió una durísima entrada que si no llega a ser por el VAR no habría sido señalada ni como falta. Pero el Sevilla tiró de raza y acabó tumbando a un Getafe en inferioridad. Valieron los goles de Munir, Papu Gómez y En-Nesyri para sumar la séptima victoria seguida y seguir hablando de tú a tú a Madrid y Barcelona.