Con la seriedad que el torneo merece, sin nervios ni precipitaciones, el Sevilla impuso su ley en Linares e hizo lo que tenía que hacer: superar la eliminatoria con autoridad (0-2), sin invitar a proezas del modesto y repartiendo minutos moralizadores entre toda su tropa. Como ya ocurriera en el primer envite copero ante el Lucena, Idrissi y Óscar volvieron a darle motivos a Lopetegui para tener más protagonismo en este Sevilla. El canterano del Madrid, que posee un golpeo a balón parado de película, abrió de magistral libre directo el marcador antes del descanso. Al poco de reanudarse el choque en la segunda mitad, llegó la diablura de Idrissi por banda que acabó en el tanto en propia puerta de Fran Lara. A otra cosa. El Sevilla sonríe en su noche de Reyes. El carbón se queda en casa de los mineros. Estará el viernes en el sorteo de dieciseisavos.