Qué locura. El Sevilla ve las estrellas y lo hace en una noche para el recuerdo, para que Ocampos, que terminó el partido de portero al lesionarse Vaclik, le ponga el partido a sus hijos, a sus nietos. El argentino marcó el tanto de la victoria e hizo una parada antológica al final, justo cuando el Eibar se iba en tromba a la meta de… Ocampos. Para más inri, el disparo de última hora lo hizo Dmitrovic, el portero del Eibar. Qué bonito es el fútbol. Qué locura más grande.