Chup, chup, chup. Como esos guisos de las abuelas cocidos a fuego muy lento en olla de hierro colado, así gestó el Sevilla su quinta victoria de la Liga ante un postrado Málaga, reaccionó lo antes posible a la primera derrota en el imponente Wanda Metropolitano y se marcha al segundo parón de la temporada en una situación ideal, siguiendo la estela del líder Barcelona en la azotea de la tabla. Bajo el tórrido sol que ordenó Javier Tebas, el equipo de Eduardo Berizzo estofó su victoria a cámara lenta, pero dio los chispazos oportunos al contragolpe, en dos acciones que acabaron en sendos goles en apenas un minuto, del 68 al 69.
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