Suele ocurrir que cuando Unai Emery se pone extravagante delante de la pizarra, la e de «alineación» salta a una posición más adelantada, mientras se repliega la ambición del Sevilla. Y nos quedamos con un vocablo tan pernicioso en el deporte como en la vida: «Alienación». La pérdida de la personalidad, de la identidad. Como Bartleby el escribiente.
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