Con el cambio de dirección en el Betis, tras la llegada de Haro y Catalán, el conjunto verdiblanco se ha movido en una estrategia marcada en la comunicación.
En los tiempos en los que corren, hacer llegar la información antes, sea veraz o no, y tener controlados a los que las trasmiten, se ha convertido en objetivo número uno de la dirigencia bética.
Cada vez que no han podido ganar un derbi, siempre ha existido algo que rápidamente filtran a la prensa para desviar la atención de su incapacidad para ganar un derbi, salvo cuando tenemos que poner un portero imberbe.
Los datos de los últimos 25 años son aplastantes y para tapar esto siempre hay un Monchi, un Del Nido, un árbitro, la Biriprensa, Medina Cantalejo o lo que sea para echarle la culpa.
El Sevilla se mueve mal en este asunto y en el derbi del palo se comprobó, cuando pasó de ser víctima a culpable por no ganar el relato.
Está claro que lo importante es ganar en el campo, pero lo que tampoco puedes hacer es perder en la comunicación de los hechos, y ahí el Sevilla no lo hace bien.