Entre Julen (Lopetegui) y Unai (Emery) hay muchas cosas que les unen. Vascos. Sofisticados en el trabajo. Tremendamente controladores de cada detalle. Miradas penetrantes cuando piden el máximo. Gritos y movimientos desmesurados desde el banquillo. Ganadores, los dos. Mañana, a partir de las 17.00 horas, se verán por primera vez en la contienda de un partido y con el Sánchez-Pizjuán como testigo de un duelo que se prevé intenso y apasionante. Con la firma y el carácter de ambos. Entre Asteasu, pequeño pueblo de unos 1.500 habitantes en el que nació Lopetegui, y Hondarribia, cuna de Emery y en la que residen unas 17.000 personas, apenas hay 40 kilómetros.