La fiera no ha muerto. Dormita en su cueva, dispuesta a salir el día más insospechado en busca de carne cruda. El domingo que viene, sin ir más lejos, puede hacerlo. Pero si lo hace, no va a ser porque José María del Nido y Miguel Guillén la azucen con sus acciones o comentarios provocadores. Todo lo contrario. Desde que el beticismo decidió dar ese súbito golpe de timón a su destino aquel 15-J de 2009, los mensajes institucionales de los clubes sevillanos han desbrozado un camino de concordia, hasta de buenrollismo, que dista del ánimo belicoso que siempre palpita entre los sectores más radicales de un club y otro.