Sin embargo, aquí sí que habría que solventar un escollo destacable. El Barça siempre habría negociado en base a una cesión mientras que el Sevilla exige la inclusión de una cláusula de compra razonable a final de temporada. En cualquier caso, no parece un detalle lo suficientemente importante como para romper una operación que lleva días sobre la mesa y que interesa a todas las partes. Una vez se han vencido las reticencias de Dos Santos, los clubs están condenados a entenderse.