Destacados Blogosfera: Con tres heridas

Tres heridas… Este jueves volvemos a jugar otra semifinal. En menos de un año, otra semifinal. Lo anecdótico antes del 2000, se está convirtiendo en costumbre tras dicha fecha.

Otra semifinal. Y el peso de eso, de la costumbre, hace que actuemos con la parsimonia que trae de la mano la rutina. Como si de una pareja de casados se tratara. Acabado el ímpetu de lo novedoso, el encuentro fogoso de los vientres, arribada la rutina, la monotonía, la inadvertencia de lo extraordinario. Porque jugar una semifinal de copa, aunque sea la segunda en menos de un año, aunque llegue a ser ordinario (por lo de la costumbre), solo puede tratarse como algo extraordinario (¿o es acaso menos extraordinario el segundo beso aun conociendo su llegada?).

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