La envidia, el querer ser más que el otro sabiendo que no podrá por mucho que se lo proponga y lo intente, lleva la mayoría de las veces a hacer el más espantoso de los ridículos, incluso llegar a rebajarse para conseguir el fin no justifica para nada sino a todo lo contrario, a una actuación sibilina, deleznable e impropia de sociedades civilizadas. Aparentar lo que no se es ni lo que jamás se llegará a ser, es lo que intenta infructuosamente una entidad de fútbol que no tiene otro objetivo desde que se creó mas que rivalizar con quien por señorío y grandeza tiene para sí los honores de ser LA MEJOR ENTIDAD DE FUTBOL DEL SUR DE ESPAÑA.