Quique Sánchez Flores ha sido una auténtica bendición para el Sevilla esta temporada que pintaba muy mal. Lo cierto es que decidió aceptar el reto de entrenar a un Sevilla que estaba completamente muerto.
La dirección deportiva decidió destituir de su puesto a José Luis Mendilibar, para firmar al peor entrenador de la historia del Sevilla, Diego Alonso. El uruguayo se cargó todo lo que había construido Mendilibar en prácticamente unos días, y estuvo dos meses sin ganar un encuentro a un equipo profesional.
Con la llegada de Quique, el equipo mejoró y comenzó a ganar partidos, aunque terminó la temporada muy mal, el equipo ya estaba salvado a falta de 7-8 jornadas, un milagro teniendo en cuenta como estaba el vestuario.
Un ejemplo lo cuenta Héctor Gómez de ZonaMixta, y es que el club le pidió al cuerpo técnico, que teniendo en cuenta la situación tan tensa que había entre la grada y Rafa Mir, que el delantero no se volviera a poner la camiseta del Sevilla nunca más.
La directiva se lo tuvo que pedir a José Luis Oltra.