El Sevilla FC SAD en los últimos años ha pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y comisión. No hace falta ni tan siquiera tener los más elementales conocimientos económicos para saber que los números presentados en la Junta de Accionistas muestran que la solidez de la institución en materia económica dista de la que había no hace tanto. El tener que utilizar la activación de un crédito fiscal, el usar sombra de ojos, pintalabios y rimmel a los ajustes para poder presentar “sólo” 15 millones de pérdidas o el hecho de que la reducción del patrimonio neto sea la que es, implica una obvia disminución de poder económico de la sociedad. Tener 62 millones de deuda a corto y 24 a largo, tener aplazados 14 millones con Hacienda o deber 31 millones de euros a la plantilla son cifras más que preocupantes.