El Sevilla desea desde el pasado invierno blindar a uno de los productos de la cantera con más proyección en los últimos años con una cláusula acorde con su juventud y descaro, pero su eclosión dificulta la negociación. El hecho de que la finalización de su contrato esté fijada en 2023 no deja del todo tranquilos a los gestores hispalenses, que querían atar al futbolista con una cantidad desorbitada. Se hablaba de 150 millones de euros, una cifra que no contemplan para nada los agentes del jugador.