Este viernes sorprendió unas declaraciones de García Pimienta sobre el balance del mercado de fichajes del Sevilla, no por lo dicho sino porque siempre había mantenido un todo plano y consensuado con la directiva.
En verdad, lo dicho por el técnico no fue nada del otro mundo, si nos atenemos al literal de sus declaraciones:
«Mi responsabilidad es la de entrenar al equipo, no soy el responsable de fichar…me hubiese gustado tener al lateral izquierdo, más alguna posición en el centro del campo. Lo he transmitido al club pero no es mi responsabilidad…esperemos que se queden todos los que están porque si no voy a tener que jugar yo», esto último en tono de broma ante la prensa.
En definitiva, pidió un lateral zurdo y un centrocampista, pero en un tono correcto y educado, lejos de generar un incendio, que si han provocado desde la otra parte.
Tras el toque de atención del club, tuvo que salir ante los medios oficiales en la previa del partido del Barça, para matizar sus palabras y decir que «desde la entidad se ha hecho todo lo posible».
A todo esto, el segundo de Orta le tira encima de los caballos diciéndole que «lo que se debe hacer es gestionar de forma correcta los recursos con los que cuenta».
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Recordemos que a García Pimienta le quitaron a Acuña y vino Barco, Iheanacho por En-Nesyri, se marchó Ocampos y le dijeron que tenían que tirar de Idumbo, y todo esto sin rechistar.
¿Verdaderamente son las declaraciones del técnico del pasado viernes tan duras como para montar lo que se ha montado? ¿Será que no hay capacidad de crítica en este Consejo y la Dirección Deportiva, que se creen que todo lo que hacen es perfecto?
