La enfermedad está perfectamente diagnosticada. La gestión modélica ha devenido en malos fichajes millonarios, querencia desmedida por el poder de Del Nido pese al cada vez más próximo dictamen del Tribunal Supremo, sueldos imposibles de pagar… Ruina, en definitiva, como no se enderece el rumbo pronto. Ante este panorama no era difícil prever que surgiera un movimiento de base. Y como todo lo que nace, necesita nombre y apellidos. Los mismos son los del abogado Eduardo Arenas Bocanegra, según informa hoy el periódico La Razón.