Sin darse cuenta, un día 27, se presentaron ante la oportunidad de sus vidas. Un partido. Sólo con ganar harían historia. Su club y ellos. Aquel mágico jueves de Feria le cambió la vida a todos, a los sevillistas y a los futbolistas. Pocos habían conseguido logros deportivos y el fútbol les daba una oportunidad de ser inmortales en las efemérides.