Lamela no está avalado por su rendimiento, ni por su edad (29 años), sino por sus cualidades, aquellas que cada cierto tiempo desempolva. Lamela puede jugar en todas las posiciones del frente de ataque, aunque como extremo derecho y mediapunta sea donde mejor se desenvuelva. Su contexto ideal se produce cuando recibe desde el costado diestro, ya que dada su condición de zurdo es capaz de dibujar diagonales conduciendo hacia dentro. El argentino es un jugador técnico, hábil e inteligente, pudiendo situarse entre líneas para encontrar las grietas del rival o a los costados para originarlas siempre y cuando la imaginación le acompañe. El recelo que suscita su incorporación nace precisamente de su incapacidad para convertir su juego en algo más que un par de destellos.