Mucho se habla en los días previos del derbi, en esas horas que ayer comenzaron muy temprano en Heliópolis, de la importancia de la mentalización, de la necesaria intensidad con la que se deben afrontar estos encuentros. Y el Betis de Pepe Mel, el mismo que otras veces sí enchufó a este equipo, dejó claro que ayer no era su día desde los 13 segundos hasta el minuto 92 del partido, cuando se produjeron los regalos del primer y del último gol, aunque ya antes había dejado las puertas de casa abiertas de par en par.