La temporada del regreso de Monchi al Sevilla, la de la unión de los grandes accionistas del club, la del proyecto ambicioso a largo plazo, la del mayor presupuesto de la historia… ha sido el año también de la irrupción de un factor imprevisible, una contingencia inimaginable. Su nombre cienfítico es COVID-19 y provocará un pequeño seísmo en las cuentas de la economía muncial también del fútbol, y por ende, claro está, del Sevilla. La suspensión de todas las competiciones sine díe por ahora, sin saberse si por ejemplo la Liga se va a reanudar o se va a quedar como está y sin saberse aún cómo quedará la clasificación y quién irá a Champions o a Liga Europa afecta directamente al Sevilla en dos frentes inmediatos: los ingresos por taquillas y derechos televisivos, tanto de la Liga como de la Liga Europa. Tebas ya ha avisado de que si la Liga no puede reanudarse las pérdidas estimadas serán de un 25%. Es decir, que el Sevilla bajaría de los 84 millones a los 63 millones por TV. Y a esos 21 millones habría que sumar el dinero de las taquillas, con partidos de grandes ingresos como el derbi o el Sevilla-Barcelona.
