Parece que el Sevilla Fútbol Club se queda atrapado en el tiempo cada vez que visita el Bernabéu. Da igual los meses que pasen. Te emocionas, te ilusionas, agotas las entradas, te dejas la garganta e hincas la rodilla. Ojo, el orden de los factores no altera el resultado. Ir a jugártela ante el Real Madrid es volver con la cabeza gacha en el AVE. Cuando no aparece Ronaldo, lo hace Ramos. Si no, también entra en juego Benzemá. Y no podemos olvidar al árbitro de turno. O lo que es peor, una conjunción de todos esos factores. Es el particular Día de la Marmota para los sevillistas.
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