Antonio Álvarez siempre ha estado ahí. Aún lo está para lo que le necesite su Sevilla. Lo dio todo como jugador, ayudante técnico, en los despachos… pero esa gran oportunidad que había soñado le llegó hace hoy diez años, un de marzo de 2010, cuando fue elegido para sustituir a Manolo Jiménez y debutar en Primera como entrenador. «El primer entrenamiento lo dirigió Ramón Orellana (preparador físico) y me llamó Monchi para que el siguiente ya lo dirigiese yo. Fue claro conmigo, me dijo que estaban negociando con Luis Aragonés, que pidió un día más para pensárselo y tuve que entrenar al equipo un día más. Es en esa segunda sesión cuando se acerca Monchi a la banda y me comunica que no hay acuerdo con Luis y que el club había decidido que yo terminase la temporada».