Óliver Torres jugó ayer casi todo el partido completo ante el Espanyol, después de estar varios encuentros sin tener minutos.
Además, lo hizo con doble mérito, ya que estaba padeciendo un fuerte dolor de muelas, que le hizo pasar una mala noche el día del partido.
«El trabajo siempre es para jugar. No es fácil cuando no juegas. He pasado una noche muy mala con la muela, pero el míster me ha preguntado cómo me encontraba y no podía decirle que mal. La ilusión podía».
Sobre el partido comentó que «hemos empezado todos muy bien. El 1-1 ha sido un gol un poco raro, porque Suso estaba en el suelo y pensábamos que iba a parar. El equipo ha sacado corazón y me he sentido bien, llegando, siendo partícipe y feliz por la victoria del equipo».
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Por último, mandó un mensaje reivindicando el papel del Sevilla en estos años y cómo se le ha faltado el respeto en muchos campos: «Ha sido una temporada muy difícil, de mucho aprendizaje. No era fácil cuando la gente nos veía abajo y se le faltaba al respeto al Sevilla. Se le cantaba en muchos campos ‘a Segunda, a Segunda’. El Sevilla es grande, sigue muy vivo y encaramos el final de temporada con la máxima ilusión».
