Al Pizjuán no le hizo falta esta vez un lleno absoluto para aupar a un equipo que entre la historia y la mano de Emery es casi inabordable ante su gente.
Al Pizjuán no le hizo falta esta vez un lleno absoluto para aupar a un equipo que entre la historia y la mano de Emery es casi inabordable ante su gente.