Cuando esta semana sentimos moverse la tierra bajo nuestros pies, en una especie de sismo que nos devolvía a las angustias y penas de años cada vez menos cercanos, una de las tensiones que liberó ese terremoto llamado Monchi fue el de la lucha por el poder en Nervión. Muchos, no se si con razones o intuiciones, quisieron explicar la espantá del grandísimo director deportivo sevillista por la amenaza latente del enfrentamiento accionarial. Ya digo que no se si con argumentos de peso o intuiciones emocionales. Pero el caso es que, el terremoto, no solo descuajaringó la fortaleza de ánimo y el placentero sosiego que te da lograr otro título europeo. Sino que también fue a romper los cristales del aparente armisticio firmado entre ambas familias dominantes en el seno del consejo palangana.
Miren en eso si voy creer lo que dicen en Francia. «» EMERY no creo este preparado para dirigir a un PSG. Tampoco me gustaba para mi SEVILLA. Siempre he creído que lo conseguido ha sido xq tenemos muy buen equipo y que precisamente este año o hemos sido capaces de alcanzar el 4/o puesto precisamente por EMERY. Es incomprensible que no hayamos ganado NI UN solo partido fuera de casa. ¿ Y quien es el
culpable de esto ?. Piensenlo.