La anécdota llegó antes del comienzo del partido: ante la coincidencia en el color de las medias, el árbitro obligó al Betis a cambiarse y no llevaba otras. Los extremeños le ofrecieron su segunda equipación, pero eran blancas y rojas. Al negarse a vestir los colores del eterno rival el partido tuvo que retrasarse media hora para que los béticos tuvieran tiempo de comprar otras. Finalmente, jugaron con medias de color azul.