El Sevilla, probablemente, se está acercando al estadio que busca su entrenador, Unai Emery, a la hora de planear un partido de fútbol. El vasco está consiguiendo que hombres tan dispersos, en la teoría al menos, como Figueiras, Reyes, Deulofeu, incluso Banega en ocasiones, sean capaces de interpretar este juego como si se tratara de una sinfonía y todos tuvieran que afinar sus instrumentos para que comparezcan en el momento justo que lo precise el director de orquesta y lo hagan, además, con una precisión absoluta.