Sorprendió al sevillismo la celeridad de la marcha de Diego Carlos, nada más acabar la temporada futbolística.
Como un presagio de lo que iba a suceder, al jugador se le vio con un balón firmado por todos los compañeros en la foto de despedida del último partido.
Y es que además del interés del Sevilla por el montante económico que iba a recibir, el brasileño tenía un gran empeño en que se cerrase la operación, ya que su salario va a alcanzar cifras imposibles para el club de Nervión.
Según ha desvelado The Sun, el defensa de Barra Bonita cobrará en su nuevo club 100.000 libras a la semana, es decir, más de seis millones de euros anuales al cambio. Una oportunidad que no podía dejar escapar, por más que el proyecto deportivo sea inferior al del club sevillista.