La derrota a manos del Levante ha sentado como un jarro de agua fría en el Sevilla. Perder no entraba en los planes de nadie, pese a la buena campaña del conjunto de Joaquín Caparrós, inmediato perseguidor en la tabla clasificatoria. Pero más inesperada aún ha sido esa derrota por el hecho de que el partido se disputaba en el Sánchez-Pizjuán, donde, teóricamente, los nervionenses tendrían que mostrarse más fuertes. Sin embargo, los números como local no son todo lo buenos que necesita un equipo que aspira a lograr una plaza de competición continental… y cuyo técnico, Unai Emery, llega a hablar incluso de Champions, reto que queda a 11 puntos después de la victoria del Athletic en Pamplona.