El verdadero y único rival español por Gameiro fue el Málaga, que intentó por todos los medios convencer al futbolista para que recalara en el conjunto de la Costa del Sol. Tal fue así que la oferta malacitana, ya sea por amistades entre jeques, apetecía más que la sevillista en las oficinas del PSG, pero ya por entonces el propio jugador tenía más que decidido que su futuro inmediato estaría en el Sevilla, que se llevó el gato al agua.